Gracias a la pluma prodigiosa del maestro Campoy, mi función de cronista oficial ha pasado a mejor vida.
A pesar de ello, me gustaría reservarme la oficiosidad de una columnita de vez en cuando y la visita al Baldiri Aleu es una cita inexcusable.
El partido fue un toma y daca contínuo. Mucha gente dice que lo perdimos nosotros, otros ven una clara superioridad local y yo creo que hubo un poco de todo. La UES es uno de los pocos equipos de 1ª Nacional que saca ventaja de cada falla en la marca de su rival. Eso es mérito propio y en el partido de ayer quedó muy claro. Cada vez que nuestra defensa pegó una cabezada, llegó la precisa vacuna del xv catalán.
Otros equipos no tienen esta virtud, porque su juego no es tan compacto, porque los apoyos no existen y porque no están formados por chavalines voladores. La UES tiene todo esto y por eso se llevó el gato al agua. Ante otro equipo, la respuesta ante nuestros fallos no hubiese sido tan contundente, y estoy seguro que nos hubiésemos llevado la victoria a pesar de nuestras propias calamidades.
La principal diferencia que se vio el sábado, a mi entender, es que nosotros aún no hemos maximizado nuestra contundencia, aunque vamos bien encaminados. Nuestro entrenador sobresale del resto por imponer un estilo de juego definido, que es un valor del que carecen otros equipos, que salen al campo a darlo todo, pero sin ton ni son. Este sistema requiere trabajo y adaptación y estoy seguro que los resultados favorables empezarán a caer muy pronto.
No olvidemos, sin embargo, que somos un equipo 100% amateur y que no hace fichajes, por lo que es normal que a lo largo del encuentro se produzcan fallos de colocación, concentración o manejo. Los mostró también la UES, que es la institución con la mejor escuela de rugby de España, que tiene 3 equipos seniors entrenando juntos y que tiene en sus filas a multitud de internacionales. A ellos también se les cayeron balones, abrieron puertas en defensas y en ningún momento pudieron contener el empuje de nuestra melée. A pesar de ello, la diferencia que muestra el marcador es que nosotros no supimos ejecutar muchas de las opciones de marca que tuvimos y ellos sí.
Me duele la derrota y mi complicidad en ella, a pesar del punto bonus, pero me llena de orgullo haber sido testigo del ‘blitz’ de los últimos 15 minutos y de haber sembrado el nerviosismo en el equipo rival, en su banquillo y en su público, con los integrantes de la escuadra de División de Honor al completo ‘pidiendo la hora’, como se suele decir.
A diferencia del año pasado, hemos dado un paso al frente saliendo del Balidir Aleu (la cancha más prestigiosa de España, con permiso del Central) con la cabeza bien alta y con una nueva lección aprendida.
Creo que ellos también han aprendido una y vendrán a Palma a marcar diferencias.
Aquí los esperamos.
Fede